El ingrediente básico es una cómoda, blanca, de tres o cuatro cajones, bonita, elegante y funcional, pero con la personalidad justa. El paso siguiente es hacerla nuestra, y aquí vienen tres imágenes para convencernos de que puede convertirse en una pieza única.Partimos, como hemos dicho, de una cómoda sencilla, como la Hemnes de Ikea
Y llegamos a una cómoda decorada con los frentes de cajones reproduciendo una de sus más famosas obras.
Otra opción es darle un acabado colonial, con tiradores de cuero y efectos de pespuntes en las superficies:
Y, aunque parezca increíble, con un remate de moldura fina de madera, tiradores clásicos y pintura decorativa podemos convertirla en una cómoda "de herencia"
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