Lo primero es dibujar con cera blanca, y después pintar encima con acuarela. Es preferible que ésta última no esté muy cargada de pigmento, para asegurarnos que resbalará sobre la cera y no la tapará, esa, en definitiva, es la gracia del dibujo.
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Y aquí os dejo unas imágenes para que veáis como la acuarela se expande sobre la cera…
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