(es que queda mejor que decir pasado por agua que al fin y al cabo el huevo duro tambien pasa por el agua no?)
1 puñadito de camagrocs (creo que se llama angula negra fuera de Catalunya)
1 chapatita individual de esas precocinadas
1 chalota
1 puñadito de brotes tiernos de lechugas y hierbajos varios
1 huevo (cuanto más fresco mejor, no digo más que quedaría vulgar...)
Poner el pan precocinado en el horno precalentado a unos 200ºC hasta que esté doradito (nunca he controlado el tiempo, sorry). Poner un huevo en una olla en agua fría y contar 4-5 min desde que empieza a hervir con brío. Sacar y poner en agua fría para parar la cocción.
Mientras picar fina la chalota y poner en sartén con un poco de aceite a fuego bajo para que se confiten un poco (a mi me encanta el sabor dulce de la cebolla). Cuando esté tierna pero no hace falta que se dore, añadir los camagrocs limpios (ojo que los restos de tierra en las setas son de lo más desagradables a la hora de comerlos). Salpimentar.
Cuando el pan esté listo, sacar del horno y abrir por la mitad. Chorrito de aove, puñado de brotes y setas por encima. Pelar el huevo con sumo cuidado que estará blando al estar la yema líquida. Coronar con el huevo la tostada y pegarle un corte para que salga esa magnífica salsa natural que es la yema líquida, sin espesantes ni colorantes. Poner un poco de sal por encima. Apunte: si queréis hacer la versión aperitivo, usar una tostada fina y hervir un huevo de codorniz, sin cáscara, envuelto en papel flim.
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